Los expertos ya alertan: el veneno blanco que está en el pan y la pasta
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Hace ya un tiempo, sabemos que muchos de esos alimentos que hemos comido toda la vida no son tan saludables como creíamos. Sin ir más lejos, hay un ingrediente poco saludable en el pan y la pasta que hace que éstas sean opciones que debamos consumir ocasionalmente o en sus variantes más sanas. ¿De qué sustancia se trata? ¿Cómo evitarla para no sufrir las consecuencias?
Y tomamos estos ejemplos porque son en los que más están insistiendo los profesionales de la nutrición en los últimos años. Alternativas alimenticias básicas, como el pan blanco, que son elaboradas con harinas refinadas -con todo lo que ello implica-.
El principal nutriente del pan blanco es un hidrato de absorción rápida que, tan pronto entra al organismo, se hace azúcar. ¿Has notado cierto dejo de sabor dulce al ingerir pan blanco? La explicación está en ese ingrediente importante de su elaboración.
El ingrediente blanco que está en el pan y la pasta
Tan perjudicial como el propio azúcar
En su libro «¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir», el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González ya advertía sobre cuáles son los riesgos que conlleva una dieta en la que el pan blanco sea protagonista. Básicamente, allí avisa que este producto genera los mismos picos de glucosa en sangre que el azúcar. Dicho de otra forma, es tan perjudicial para los humanos como ésta.
Pero el pan no siempre fue tan malo. Son los procesos de producción actuales los que lo han convertido en nuestro «enemigo». Antiguamente, se permitía que las bacterias descompusieran el gluten y los hidratos de carbono.
La lamentable consecuencia es que, si bien el pan y más barato que hace décadas, también es más industrial y menos artesanal. Como resultado de ello, es menos natural que el que comían nuestros abuelos. Y si ya convivimos con enfermedades previas, probablemente obesidad o resistencia a la insulina, entonces se transforma en un alimento del que deberíamos olvidarnos.
¿Y qué pasa con la pasta?
Algo parecido a lo del pan. Aquí en España tenemos el reprobable hábito de hervirla más de lo recomendable. Considerando que cuanto más cocida está la pasta más peligrosa es, lo ideal sería comerla al dente, como es costumbre en Italia.
Aunque queda un poco más dura, tiene sentido para reducir su porcentaje de almidón. Justamente por eso es que se está haciendo hincapié en desaconsejar las «dietas blancas», sugiriendo las integrales.
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